miércoles, 17 de abril de 2013

La consejera roja (Ideal de Granada 17 de Abril 2013)


Vive de alquiler, no tiene coche y le encanta leer poesía. A sus 39 años, Elena Cortés apuesta en Andalucía por expropiar los pisos a los bancos

Un año hizo sonar una sirena al paso de una cofradía y al siguiente tuvo que salir en procesión
Cuando hace poco menos de un año Elena Cortés (Priego de Córdoba, 1973) desembarcaba en la Consejería de Vivienda de la Junta de Andalucía sus amigos ya intuían que iba a dar grandes titulares. A ellos no les ha cogido por sorpresa el golpe de efecto que ha dado la «consejera más roja» del gobierno de José Antonio Griñán (PSOE, en coalición con IU), un ‘título’ que lleva a gala y del que se ha reído en alguna ocasión tomándose unas cervecitas en el centro de Córdoba con sus amigos de toda la vida. La semana pasada su fama se extendía rápidamente tras presentar su plan para expropiar viviendas a los bancos y multar a las entidades financieras que acumulen casas vacías. La medida pronto saltaba a la palestra nacional e incluso el PSOE la hacía suya.





Once mil euros en el banco
Extrovertida, alegre, con una memoria prodigiosa, rápida de reflejos y una lengua afilada (ha dicho que «probablemente» haría escraches si no fuese consejera), Cortés tampoco se pudo callar cuando defendió públicamente el asalto de Sánchez Gordillo a un supermercado. «Llevarse un carro de comida por valor de 200 euros no se le puede llamar robar cuando se va a dar a los bancos miles de millones de euros», sentenció. Su cruzada contra los bancos se ha convertido en un tema personal de ahí su afán por frenar los desahucios. Ella reside en un piso de alquiler en un barrio de Córdoba (antes vivía en el centro) junto a su pareja, un profesor de Literatura, con quien no tiene hijos. Tampoco cuenta con coche propio y en el banco tiene ahorrados 11.000 euros.
A pesar de su carrera política, no le tira la vida de despacho y su agenda se llena de reuniones con grupos de vecinos. Tampoco le va el boato del cargo y cuando acude al Parlamento comparte mesa y mantel en el comedor comunitario mezclada con su equipo y otros consejeros a razón de 8,16 euros el menú. Eso sí, pese a su gusto por la buena mesa suele ser muy comedida e intenta optar por ensaladas y verduras mientras conversa distendidamente. «Es una persona muy alegre, que se ríe bastante, pero que nunca cuenta chistes», revela José Antonio Castro, portavoz del Grupo de IULV-CA en el Parlamento de Andalucía.
El estrés y la presión diarias las libera frente al mar, habitualmente en la costa gaditana, donde coincide con un buen número de dirigentes de IU. Aunque para las vacaciones opta habitualmente por destinos exóticos o latinoamericanos, todo muy diferente a los campamentos de verano de las Juventudes Comunistas en los que comenzó a perfilar con 19 años su discurso político entre tiendas de campaña, debates frente a la hoguera y baños en el pantano del Chorro (Málaga). Desde entonces nunca falta su lectura diaria de prensa, pero tampoco un buen paquete de libros en su mesilla o incluso en su bolso. Su preferido: Luis García Montero, con quien comparte amistad y militancia. «Es una persona muy culta e ilustrada; no es una política con un toque de barniz cultural», destaca el escritor granadino, con el que a menudo habla de poesía. Y no solo de Lorca, Alberti, Neruda... Le pirran las obras de los jóvenes poetas como Rafael Espejo o Carlos Pardo. Por eso quizás a ella no le importe que la consideren el verso suelto del Gobierno andaluz.

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