EN la negociación de los Presupuestos para 2013 entre PSOE e IU, lo conseguido por esta formación no iba todo en el voluminoso proyecto de ley de 30.700 millones de euros. IU arrancó compromisos fuera de la ley. De la ley de presupuestos se entiende. El Gobierno pondrá en marcha uno de los viejos proyectos de IU, el banco de tierras, el próximo año. Al mismo tiempo que el Parlamento sancione la ley de Presupuestos el 21 o 22 de diciembre, se aprobará la fórmula legal con la que llevar a la práctica la cesión de tierras de cultivo propiedad de la Junta a personas en paro del sector agrícola. Es como volver a la reforma agraria de los ochenta, pero sin expropiaciones disparatadas, aunque algunas de esas tierras del futuro banco proceden de aquella política diseñada por un catalán de la mano de un sevillano de El Arahal, el desaparecido Manaute.
La tierra para el que la compre, decía el Gobierno socialista hace un año. «La Junta no es agricultora», manifestaba la consejera Clara Aguilera cuando colgó el rótulo de ‘se vende’ en las 20.000 hectáreas del IARA de Manaute y José María Sumpsi, que así se llama el ingeniero agrónomo catalán. Luego ha sido subdirector General de Cooperación Técnica de la FAO. IU ha vuelto como un calcetín aquella teoría de Clara Aguilera. Qué poder de convicción.
Sobre todo porque quien tiene que llevar al terreno la propuesta de IU es un consejero tecnócrata como Luis Planas, que debe fruncir el ceño con la idea de viajar en la máquina del tiempo. Él ya fue consejero de Agricultura en 1993, cuando la Junta había superado el trauma de las expropiaciones fallidas y empezaba a presumir de las fresas de Lepe ante Bruselas, donde acabaría precisamente Planas. Pero IU está muy ilusionada con el banco de tierras y Griñán no va contrariarle. Puede que incluso se entusiasme con la idea.
Hasta ahora tiene razón el PP cuando critica que desde mayo este ha sido un gobierno de brazos caídos. Los consejos de Gobierno han sido paupérrimos y daba pena escuchar al portavoz de la Junta, Miguel Ángel Vázquez, poner énfasis en la retrocesión de un consultorio médico en Manilva o en la inclusión en el catálogo de patrimonio histórico de la cuenca minera de Río Tinto. Este ha sido el nivel.
Esto parece que va a cambiar. El banco de tierras no es la única norma. Una vez aprobados los presupuestos, el bipartito planea meter el acelerador, cuentan en Izquierda Unida. Para antes de final de año verá la luz el proyecto de ley de la fiscalidad y la lucha contra el fraude. IU quiere que cuelen algunos de los impuestos ecológicos. Lo casi seguro es que el de las grandes superficies vea la luz en el curso del año. Antes de los turrones también deberá entrar en el Parlamento la ley de transparencia, con la que se quiere poner coto a situaciones como la de los ERE. Después de Reyes otro atracón para que en febrero, con la reapertura del Parlamento, entren a trámite las leyes de participación ciudadana y la de la memoria democrática. Las dos con el sello IU.
Articulo publicado en el Ideal de Granada, el 04.11.2012
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